Que alguien consiga un trabajo nuevo o le asciendan es razón por la que estar agradecidos y que quizás deba reconocerse como iglesia. Además, un trabajo nuevo no es sólo una fuente de provisión sino una oportunidad de misión y ministerio. Por tanto, del mismo modo que se oraría por un pastor nuevo, es alentador encomendar a alguien en su nuevo trabajo o puesto.
La mayoría de iglesias pasan la ofrenda cada semana así que no hace falta cambiar nada durante la reunión para enriquecer el entendimiento de la congregación sobre la generosidad de Dios y las diferentes maneras en las que bendice a su pueblo con, en y a través del trabajo y de otros mecanismos de provisión. Durante el año podéis enseñar y orar acerca de la teología del trabajo, la provisión divina, el dinero, generosidad… sólo por medio de las oraciones para la ofrenda. Los temas pueden incluir:
La forma más simple de construir una conciencia de fe es incluir en las oraciones generales una referencia al mundo laboral y escolar. Por ejemplo, una oración de confesión como la siguiente:
“Señor, traemos ante ti nuestras relaciones – nuestras relaciones en casa, con nuestros vecinos, en el trabajo o en la escuela. Muéstranos dónde hemos fallado a la hora de amar como tú nos has amado”.
El simple hecho de añadir las siete palabras “en el trabajo o en la escuela” transforma de inmediato esta oración en una que anima a toda la iglesia a reconocer que sus vidas no se pueden compartimentar, que las horas en el trabajo interesan a Dios. Y mencionarlo son sólo tres segundos.
Antiguamente, el tiempo de la cosecha era un momento clave en el calendario. Debido a que la mayoría de la gente hoy no se gana la vida con la agricultura, una exposición tradicional o traer comida a la iglesia como ofrenda nos ayudaría a dar gracias por la provisión de Dios del pan nuestro de cada día, pero no conectaría de forma clara o visual con la manera en la que Dios ha dispuesto satisfacer nuestras necesidades materiales. Un niño de ciudad no mira una exposición de patatas y la conecta con el trabajo de su padre como informático.
Una exposición de la cosecha moderna incluiría una gran variedad de objetos que representan cómo estamos involucrados en el trabajo. Por ejemplo, un casco de albañil, un biberón, unas llaves, una pala, un ordenador o una jeringuilla. En una iglesia, toda la congregación trajo un objeto que representaba su trabajo y lo dejaron en el púlpito como una dedicación a Dios simbólica de su empleo, sus compañeros y su lugar de trabajo. Los niños también participaron y trajeron libros de texto o lápices. Un desempleado dejó la tarjeta del paro al lado del púlpito – un recordatorio conmovedor de que no disponía de un trabajo remunerado, pero que Dios había provisto a través de la comunidad.
En otra iglesia la congregación trajo fotos de sí mismos en el lugar de trabajo y se pusieron por la iglesia – podía ser una oficina, su cocina, etc. La cuestión era encontrar una manera en la que la comunidad de la iglesia pudiese conocer y apreciar la variedad de lugares que Dios les había dado donde trabajar.
La cosecha era uno de los momentos clave del año agrícola que todo el mundo en la comunidad rural compartía. Sin embargo, en una economía mixta aún hay momentos que todos podemos compartir. Por ejemplo, para la mayoría de la población el año fiscal comienza en enero así que el primer domingo de enero sería un buen momento para pedir la bendición de Dios sobre el trabajo de nuestras manos para ese año. Del mismo modo, el 1 de mayo está conectado con el trabajo y, por tanto, sería un buen día para dar gracias por nuestra participación en la obra de Dios a través de nuestro empleo.
Los negocios son esenciales para mitigar la pobreza – los pobres en muchos sitios necesitan ayuda, comida, medicina, refugio o un gobierno estable y honesto, pero también necesitan trabajos. Asimismo, tu comunidad los necesita.
Una de las cosas que una congregación puede hacer es dar gracias a Dios por los negocios, las tiendas y las organizaciones que hay en su ciudad. También puede informar a los dueños de las tiendas y negocios que la iglesia va a estar orando por su salud y prosperidad (Jeremías 29:7) y preguntarles si tienen alguna petición en concreto. La iglesia puede pedir a algunos miembros que lo hagan o que adopten alguna tienda o negocio que sea muy importante para ellos. Esta es una forma excelente de involucrarse en la comunidad local.
Del mismo modo que la Cosecha era un momento clave en el ciclo agrícola – sobre todo en cuestión de esfuerzo – una iglesia puede conectar la oración por diferentes personas con las épocas “conflictivas” en el año laboral. Por ejemplo, por los ganaderos en la época de parto de las ovejas, por los contables al final del año fiscal, por la gente que trabaja en hostelería al llegar la temporada alta, los niños durante los exámenes, los profesores al comienzo y al final del curso, los dependientes en tiempo de rebajas. ¿Por qué no crear un calendario en el tablón de anuncios donde la gente pueda anotar los momentos “conflictivos” por los que quieren que oremos?
Después de terminar cada día con el trabajo de la creación en Génesis 1-2, Dios bendijo las criaturas que había formado y las invitó a crecer y multiplicarse y llenar la tierra. La bendición es poderosa – ¡nuestras palabras importan! ¿Cómo podemos bendecir nuestro trabajo?
Gratitud: Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Te bendecimos, Señor, por el regalo del trabajo. Por la oportunidad de colaborar contigo y de proveer para nuestras familias y comunidades.
Producto: Bendecimos la creatividad y las habilidades que nos has dado que nos permiten crear bienes y dar servicios que otros necesitan.
Relaciones: Bendecimos cada contacto con otra persona ya sean compañeros, clientes o proveedores. Bendecimos aquellos con los que nos encontramos, hablamos o escribimos para que puedan experimentar algo de tu amor a través de nosotros.
Recursos: Bendecimos el uso y la mayordomía de todos los recursos: económicos, materiales y humanos. Bendecimos cada decisión ética sobre cómo obtener recursos y sobre cómo deshacernos de los desechos.
Organización: Bendecimos las organizaciones para las que trabajamos. Las bendecimos como empleados y oramos para que a través de ellas puedan multiplicarse las oportunidades de empleo. Bendecimos las decisiones de la administración para que reflejen los valores del reino.
Cultura: Bendecimos la cultura de nuestras organizaciones. Que sean el contexto adecuado para el desarrollo humano – lugares donde la gente se sienta valorada. Oramos por la vida de la gente fuera del trabajo – que sea honrada.
Evangelización: Bendecimos el contacto que tenemos con personas no creyentes a través del trabajo. Bendecimos cada oportunidad que tenemos de hablar de ti, tanto con nuestras palabras como con nuestros hechos y nuestros frutos. Amén.
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