De hecho, esta era una práctica habitual en Jesús. Él no solo se reunía con sus discípulos en el templo, sino que a lo largo de los evangelios lo vemos caminando por las calles de las ciudades, por los montes que las rodeaban, haciendo visitas a las casas y asistiendo a cenas, como las organizadas por Mateo. Pero también lo vemos, tanto al inicio de su ministerio público como después de resucitar, visitando a Pedro, Andrés, Santiago y Juan en donde desarrollaban su trabajo como pescadores.
Si pensamos en las reuniones con el pastor o con el liderazgo de la iglesia, estas suelen caracterizarse por:
Sin duda, todo esto está bien, pero si nos limitamos a esto, nos estamos perdiendo muchas otras cosas, como por ejemplo:
Para el liderazgo de la iglesia esto puede convertirse en parte esencial de su formación continua y si se hace de forma realista, no tiene por qué trastocar su agenda, sino al contrario, se puede integrar de forma natural en la misma.
Para los miembros de la congregación también tiene efectos muy positivos. Algunos de ellos son:
Esta práctica tiene el potencial de transformar y revitalizar tanto al pastor como a los trabajadores y a toda la congregación.
El objetivo de estas visitas para el pastor no es tanto el ofrecer consejo o consuelo sino más bien escuchar y observar – preguntando sobre cómo es el día a día, qué experiencias se viven, qué desafíos y oportunidades se enfrentan – y ofreciendo principalmente ánimo, apoyo y oración.
La forma de organizarlas es muy sencilla. Básicamente consiste en proponerle al trabajador el deseo de visitarlo a su trabajo y saber si esto es posible. Clarificaremos que la intención no es entorpecer el día, sino hablar un rato en el lugar donde pasa la mayor parte de su tiempo a lo largo de la semana y conocer más a fondo qué es lo que hace. Esto se podría llevar a cabo de varias formas: desde ser su “sombra” durante un día o unas horas, hasta cosas más sencillas como tomar un café o comer juntos. No siempre es factible reunirse en el lugar donde se trabaja, pero de no poderse, al menos sí hacerlo en un lugar lo más cerca posible a este.
Una vez allí, algunas preguntas que se pueden formular son:
Skye Jethani y Luke Bobo en su libro Discipleship with Monday in Mind dicen que: “las visitas regulares a los trabajos de los miembros de la iglesia, son consideradas de lejos la más destacada y más transformativa práctica pastoral”.
Si resulta que estás leyendo esto y eres el trabajador en lugar del pastor, toma la iniciativa e invitale a que te visite en tu trabajo. No se trata solo de ti, sino de buscar el bien para toda la iglesia.
Este artículo ha sido elaborado con la ayuda de los siguientes materiales:
© 2020 iglesiaeneltrabajo.org. Usado con permiso.
Permiso: Permitimos y animamos a reproducir y distribuir este material ya sea de forma completa o parcial tanto como se desee, siempre y cuando no sea cobrando o solicitando donativo alguno por ello, más que el coste de reproducción. Para uso en internet, por favor, usar únicamente a través del link de esta página. Cualquier excepción a lo anterior debe ser consultada y aprobada por porfineslunes.org. Contacto:info@porfineslunes.org. Por favor, incluir el siguiente enunciado en cualquier copia a distribuir: © 2016 porfineslunes.org. “Iglesia en el trabajo” es una iniciativa de los Grupos Bíblicos de Graduados de España (GBG). Grupos Bíblicos Unidos. Website: gbunidos.es